Se cuenta que había dos países vecinos, uno era el
país de las moscas y otro el país de las termitas, durante muchos años habían
vivido en enemistad, pero aunque se odiaban mutuamente, un día decidieron
reunir a sus representantes para acordar ciertos asuntos pendientes.
Mientras estaban reunidas, las moscas no dejaban de
presumir lo buenas que eran, lo hermoso que era su país, lo buen educada que
era su gente, etc. Una de las termitas
más jóvenes pensó a sus adentros: -¡Mentiras!
¡Las moscas son sucias, maleducadas y su país es un gran basurero! Estas tontas
merecen una lección-
Fue así como esta termita, llamada Asitro decidió asustar
a las moscas con una mentira. –Presumidas-
pensaba con recelo. Entonces les dijo con ironía: -En lugar de andar hablando de la belleza de su país, deberían cuidarse
las espaldas- Inmediatamente una de las moscas le preguntó el porqué de su
comentario, a lo que Asitro respondió: -Porque
el país de las abejas piensa atacarlas- Entonces, voltearon a verlo con
asombro todas las moscas y las termitas que se encontraban juntas en la sala.
Con un rostro temeroso las moscas le preguntaron: -¿Es eso cierto?- Por un momento, Asitro
pensó en retractarse, pero entonces imaginó la vergüenza que sentiría después,
cuando todos lo tacharan como un mentiroso y mala leche. Así que por cuidar su
renombre, siguió con la mentira: -Sí, eso
fue lo que escuché decir a unas abejas esta mañana, que las moscas eran tan
sucias que eran una amenaza para el mundo entero y que había que exterminarlas
por el bien del resto de la población. Pero no sé más al respecto, por favor ya
no pregunten- exclamó con miedo.
Pocas horas después de terminada la junta, la sociedad
de las moscas se reunió en una asamblea y decidió adelantarse al supuesto
ataque de las abejas. El Centro Nacional de Estrategias, les recomendó a las
moscas dirigentes ser las primeras en atacar, pues querían ganar tiempo para
esconder a las moscas más pequeñas con sus madres.
Después, las moscas soldadas del ejército, se
reunieron con valor, y se dispusieron a
morir por la defensa de su patria. Entonces atacaron por sorpresa a las abejas.
Hubo muchas
abejas muertas debido a ese ataque, fue por eso que las abejas sobrevivientes,
llenas de ira e indignación, decidieron responder al ataque de las moscas. Con
un ejército que las superaba por unos diez mil elementos, atacaron y asesinaron
así a un cuarto del país de las moscas.
Viendo lo sucedido, Asitro sintió el fuego de la culpa
y se armó de valor para confesar la verdad. Afortunadamente, al hacerlo,
terminó con la guerra entre las moscas y las abejas, cesando así con la muerte.
Las moscas, acongojadas, pidieron perdón a las abejas y éstas las perdonaron
dado el engaño que había habido de por medio. No obstante, las moscas y las
abejas rompieron lazos de amistad con las termitas, quienes tuvieron que dejar
de viajar por sus tierras y abstenerse de comerciar con ellos por varios
cientos de años.
Después de haber sido humillado por las moscas y las
abejas, el Gran Jefe de las termitas se enfadó profundamente y deseó matar a
Asitro, pero después de escuchar las súplicas de su familia –¡Por favor, no lo mates, Gran Jefe!- tocó
su corazón y le perdonó la vida, sin embargo, lo desterró del país para
siempre.
Justo antes del destierro, el Gran Jefe dirigió a
Asitro unas últimas palabras: - Algún día
viajarás a otro país de termitas y quizás seas aceptado como un miembro
legítimo. No quisiera que jamás volvieses a ser parte de un gobierno, pero no
está de más aconsejarte: Como ya lo has visto, entre los países es mejor no
tener envidia ni enemistad, porque ello puede llevar a la muerte de muchas víctimas
inocentes. ¡Nunca lo olvides! Y siempre recuerda, es necesario abstenerse de
mentir, porque de una pequeña mentira siempre puede surgir una gran desgracia-.
Asitro no volvió a pisar el país de las termitas,
mucho menos el de las moscas o el de las abejas, se dice que murió solo vagando
por rumbos desconocidos.
Sonia Selene De León González.